Te cuento que el collar que me regalaste tardé mucho en estrenarlo, no porque no me gusta, que me fascina, sino porque esperaba una ocasión especial. Quería acompañarlo con unos zarcillos que le hicieran juego y destiné horas y horas en ferias y centros comerciales buscando esos aretes que aun no aparecen.
Para nada ¿Sabes por qué? Al fin no recuerdo cuando ni con ocasión de qué decidí estrenarlo.
Te preguntarás por qué esperé tanto. Resulta que fue el último regalo que recibí de tí, tal vez no quería profanar eso, colocándomelo de manera futil, tal vez no quería herirte con un gesto frívolo. ¿Te parece tonto de mi parte? A mí también, aunque no lo creas, sin embargo, cuando recibí esa llamada y me dijeron:
Debe traer un objeto pequeño que sea significativo para usted -
Ni siquiera pensé, solo vi ante mis ojos ese, este, el collar, el último regalo que recibí de tí.
Jamila 10/12/2022
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